Sobre el matrimonio igualitario en Venezuela

Por Alexis Bolívar (rompiendolanorma@gmail.com)

Los orígenes del matrimonio se remontan al surgimiento de la propiedad privada y con ésta la necesidad de proteger la misma. Legalmente no es más que un contrato con un fundamento económico, que implica asumir obligaciones y DERECHOS. Religiosamente, se reduce a la ceremonia donde las personas solicitan el visto bueno del Dios en el cual creen, previa manifestación de voluntad que queda asentada en los registros civiles.

En pleno siglo XXI, resulta un poco inverosímil comprender y sobre todo aceptar las expresiones de condena y satanización de los máximos jerarcas voceros de las iglesias (siempre hombres) hacia la comunidad de la diversidad sexual, principalmente los dogmas religiosos que pretenden continuar imponiendo (como lo han hecho de forma milenaria) y con esta imposición dar continuidad a la INJUSTICIA, resultando altamente contradictorio con los postulados de amor al prójimo y ayuda a los más necesitados, recurrentes en todas las religiones sea cual sea.

En la actualidad hablar de matrimonio igualitario en Venezuela sigue siendo un reto para la sociedad venezolana, ampliar los horizontes tiene total asidero legal y pertinencia política, en  virtud del reconocimiento y protección de los derechos humanos que incorporen a las nuevas generaciones, que desde las últimas décadas del siglo XX y comienzos del siglo XXI se vienen visibilizando.

Muchas personas se preguntan, ¿Por qué los diversos sexuales querrán casarse?, pues bien, a parte del tema del relacionamiento afectivo y erótico de parejas, que se profesan como cualquier ser humano, está  la necesidad imperiosa de acceder  a derechos, lo cual es un asunto de justicia social, ya que pese a lo que señalen las religiones, la realidad concreta es que existen familias homoparentales (diversidad de familias) que se encuentran al margen de toda protección de la ley y las instituciones del Estado.

Tal es el caso de Sergio, un joven trabajador quien lleva seis años con su pareja y  a pesar de gozar de múltiples beneficios, en materia de salud y bienestar social, su compañero de vida no puede ser incluido como co-beneficiario.

Con la aprobación del Matrimonio igualitario se estaría beneficiando  entre  4.000 a 6.000 familias homoparentales (INE, 2011) como vemos, cifras oficiales no actualizadas, lo que nos da a pensar que el numero es exponencialmente mucho más elevado. En este sentido, significa dar un paso agigantado en materia de DDHH en nuestro país, donde se encuentra en pleno desarrollo una revolución de corte socialista y humanista, que avance coherentemente con sus postulados  para lograr que todas y todos, tal como dice el artículo 21 de nuestra Constitución, sin importar credo, sexo, orientación sexual, identidad de género y condición social seamos sujetas y sujetos plenos de derechos.